La otra cara del Kit Digital, la bochornosa subvención para digitalizar del gobierno

En el último año, como parte del sector al que pertenezco, solo parece que se ha hablado de una cosa: El Kit Digital. Un producto creado por el gobierno de la mano de Nadia Calviño, que parece vende la solución a todos los problemas de una empresa no-digitalizada, pudiendo adquirir estos servicios digitales de manera gratuita, pero que en realidad, se trata de un arma de doble filo, que da solución a unos, hundiendo a otros.

La otra cara del Kit Digital
Kit Digital

El contexto desde el punto de vista de una agencia pequeña

Recibimos noticias de la creación del Kit Digital hace ya casi un año. Como muchísimos miembros del sector digital (la gran mayoría) somos una empresa nueva y pequeña, por lo que de primeras, una subvención para digitalizar negocios podría ser una noticia fantástica para poder crecer aplicando nuestro talento y nuestros servicios. 

Pero nos encontramos con un pequeño apunte, que llevaba consigo un ridículo requisito mínimo para poder ser parte de esta subvención:

  • Disponer de una facturación acumulada de 100.000€ en dos años o 50.000€ en el año anterior, y en caso de autónomo sin empleados, 70.000€ en dos años o 35.000€ en el año anterior.

En un sector relativamente joven, nuevo, moderno, en los que seguro que el 80% de los que se dedican a ello llevan menos de 3 años trabajando de manera profesional, es un requisito ridículo, en un país que no destaca precisamente por ponerte las cosas fáciles a la hora de emprender… ¿Cuántos facturan 100.000€? La realidad es que pocos, te diría que a la mayoría, que no con falta de talento ni responsabilidades, apenas le da para llevarse un sueldo digno a casa, si es que tienen la suerte de llevárselo.

La otra cara del kit digital
Kit Digital

Y entonces… ¿Quién es digitalizador?

Gracias a los requisitos mínimos para ser digitalizador, pero no requisitos máximos, el Kit Digital se ha convertido en un circo dominado por empresas grandes no-pertenecientes al sector digital ni creativo (Bancos, empresas de telecomunicaciones… Imagino que ya os suena la historia), que se aprovechan de esta subvención, y la capacidad económica que tienen para seguir llenando sus arcas en formas de comisiones, subcontratando servicios a agencias posicionadas más por su nombre que por la calidad de sus servicios o a pequeños freelancers a cambio de calderilla.

En esta majestuosa obra de las grandes empresas, te venden páginas web, “revitalizar” tu negocio, transformarlo digitalmente, eso sí, ofreciéndote contratar servicios de redes inexistentes (Véase Google+, un fracaso que cerró hace ya casi 4 años), solo con la intención de exprimir la máxima cantidad de dinero posible.

Obviando este entramado, que se llevan gran parte del pastel, también hay empresas grandes y medianas del sector e incluso pequeñas y autónomos, con muchos años de experiencia detrás, con servicios legítimos, pero que se ven obligados a trabajar por adelantado, sin prácticamente seguridad de que vaya a ser facturada dada la pasividad de la entrega de capital si no eres ese mismo tipo de empresa que menciono en el párrafo anterior.

En resumen, el Kit Digital no es otra estrategia más para beneficiar a los de arriba, pero que en esta ocasión, también afecta a los de abajo.

¿Quién es el afectado del Kit Digital?

Pues la respuesta es clara: Nosotros, yo, tú si eres un Freelancer pequeño, que acaba de empezar y que tiene esperanzas de poder demostrar tu talento. También el autónomo que intenta sobrevivir desarrollando webs, una agencia pequeña con dos o tres socios que intentan salir hacia adelante, la que gestiona perfiles de redes sociales, el que desde hace 5 años vive del Diseño Gráfico, pero está lejos de facturar esas cantidades.

Como muchos otros, gracias al Kit Digital, hemos visto una bajada continua a lo largo de este año, de más del 80% de facturación, con muchísimos proyectos cancelados, y clientes con los que teníamos proyectos apalabrados, que se han ido. Y es completamente normal, ¿Por qué pagar si te lo pueden llegar a ofrecer gratis?

La realidad es que es una subvención a medias tintas, que en muchos casos hace ganar a los grandes, más que el valor añadido que ofrece a la PYME en cuestión, con un resultado que no hará más que inflar los precios de los servicios.

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